Mención honorífica al neoliberalismo porque es amor y progreso

¡Ah! Y mención honorífica en eso de como México no hay dos. Y mención honorífica en «somos más los buenos» y porras y otras baratijas.

16 May, 2020
Mención honorífica a l bello y chulo neoliberalismo.

¡Ah! Y mención honorífica en eso de como México no hay dos.

Yo no soy licenciado, pero estoy seguro de que si me hubiese graduado, sería con mención honorífica. También pude ser una estrella del rock, pero ya saben, la rodilla. Eso fue a mediados de los años 90, y desde entonces hemos visto fabulosos cambios en nuestra manera de vivir gracias al neoliberalismo.

Es fácil verlo en la cantidad de electrodomésticos, marcas de auto, opciones de financiamiento, nuevos desarrollos comerciales, tipos de vivienda. Antes sólo había una opción para tener una línea telefónica, como también me tocó en Zona Metropolitana o en Cuernavaca tener que lidiar con Luz y Fuerza del Centro, una oda a la transa y la mediocridad.

Qué gozada fue la extinción de esa empresa paraestatal porque en poco tiempo tuve cajeros automático de CFE, domiciliación de pagos y lo natural en un mundo de apps e internet. Ese sí fue un logro de Felipe Calderón: extirpar un tumor del servicio público que consumía demasiados recursos para nada. 

Pero llegaron los orcos de la demagogia.

Hoy todos hablan de Rocío Nahle, titular de la Sener, quien solicitó una aprobación regulatoria expedita de medidas que facultan al gobierno a decidir quién puede generar energía, dónde operar y cuánto producir.

Monopolio pues. Como el que era Luz y Fuerza del Centro, cuyo sindicato financió a López Obrador o la CNTE o varios impresentables más que si algo odian, es mejorar. Y tienen mención honorífica en envolverse en banderas, bloquear calles, acusar a todos de su miserabilidad y desgracia, menos de aceptar que no son capaces de competir con calidad.

El neoliberalismo surgió como reacción a la intervención del Estado benefactor centralista, ese que anhelan López, Nahle, Bartlett.

¿Que favorece la privatización de empresas y servicios que estaban en manos del sector público, bajo la premisa de que el sector privado es más eficiente? Claro, a mucha honra.

El neoliberalismo es desarrollo.

Por no pensar en eficiencia, ahorro y mejora, las empresas estatales son torpes y una garantía de bancarrota porque piensan en mantener, no en transformar.

Si hay suficiente recaudación, hay suficiente gasto social. Pero con tanto vividor, mentiroso y ratero…y luego que la poca recaudación se va a refinerías inútiles, al desperdicio y el dispendio, pues da mucha pena.

A los que no les da pena es a los amantes de la demagogia, porque todo esto les viene como anillo al dedo y se desviven colocando hashtags ridículos en apoyo a Nahle o al mero patrón detrás de la señora: Bartlett, el de las 26 casas.

La economía es el principal motor de desarrollo de una nación y el libre comercio propicia mejores dinámicas. Si hemos tenido mejores condiciones de vida, es porque el neoliberalismo es amor. Y los que votaron por López, ustedes tienen mención honorífica por ser estúpidos.