El golf, un deporte de personas, un deporte de personalidades
Pocos deportes al practicarse ayudan tanto a conocerse a uno mismo. Por @ElFerForever. Lo que más me ha llamado la atención del golf por casi tres décadas es, sin dudarlo, su personalidad. El golf como todos sabemos, no es en su generalidad un deporte de conjunto, peor aún, más que un deporte individual, es un
Pocos deportes al practicarse ayudan tanto a conocerse a uno mismo.
Por @ElFerForever.
Lo que más me ha llamado la atención del golf por casi tres décadas es, sin dudarlo, su personalidad.
El golf como todos sabemos, no es en su generalidad un deporte de conjunto, peor aún, más que un deporte individual, es un deporte solitario.
Por esto, nos debe quedar claro cada vez que lo jugamos o lo vemos por TV, que es un deporte de personalidades: las personas cuentan, hacen el juego, lo cuidan, lo regulan y en algunos casos, lo lastiman.
¡Pero bueno! No nos pongamos trágicos en esta primera entrega, mejor les platico un poco de la peculiar personalidad del golf.
Aquí no hay directivas a las que culpar tras el fracaso, no hay Directores Técnicos, no hay compañeros, no hay otros, eres tú y tus resultados, es el profesional y sus resultados, nadie más.
Aquí no “ruedan cabezas” por el desempeño, pues de rodar una, sería la tuya.
Esta particularidad es la que nos dice que en el golf absolutamente nada está seguro, ni en el último hoyo del último día, ni para amateurs ni profesionales.
¿Por qué? Bueno, porque lo juegan personas, y todas ellas falibles, y además de eso, todas ellas con una personalidad única que lo hace tan increíble.
El golf es un deporte con tantas variantes y caminos como personas que lo juegan, lo disfrutan.
Por poner un par de ejemplos, citemos a los dos ganadores tanto del Tour femenil como varonil de la última semana de competencia.
Primero las damas: Esta semana saltó a la fama la coreana Lee Jeoung-eun, o Lee6, o LeeSix para los cuates, porque no sólo es su número de la suerte.
Cuando debutó en el tour coreano, había otras cinco Lee, así que optó por lo fácil y decidió diferenciarse siendo la sexta.
Casualmente, también ya había cinco Lee desde antes de este año que llegó de novata al LPGA (Tour femenil norteamericano).
Ese dígito en su nombre nos habla de su personalidad y de la oportunidad que da el golf de mostrarla. Que yo sepa, en el deporte profesional, sólo ella carga un número pegado a su apellido.
Saltó a los reflectores este domingo tras ganar su primer torneo, el U.S. Open, el torneo más importante del año para las damas, por una diferencia de un golpe, siendo la única del top 10 que tiró bajo par el último día.
Tras esperar aproximadamente 20 minutos, estalló en llanto en el range al saber que las últimas competidoras no pudieron darle alcance. ¿Por qué lágrimas, algo tan mal visto, difamado, denostado en el deporte?
Para entender a Lee6, tenemos que saber que cuando tenía 4 años, su padre, chofer de tráiler, se quedó dormido por la noche y sufrió un accidente que lo dejó paralítico. Desde entonces, su madre hizo todo por sacar adelante a sus hijos.
Para nuestra campeona, fue una necesidad imperante triunfar en el golf, para, a sus 23 años, poder ser el soporte económico de una familia en desgracia. De ahí quizá, las lágrimas.
Es un deporte de personas, que viven, sienten, ríen y lloran, como tú, como todos.
Por el lado de los hombres, el PGA Tour, el más importante del mundo, tuvo su torneo dedicado al igual que casi todo en el país vecino en esas fechas, a honrar a sus veteranos.
Y además conmemora al mejor golfista de todos los tiempos, Jack Nicklaus, quien es el anfitrión de este “Memorial Tournament” que se lleva a cabo en su “casa”, el Club Murfield Village, en Dublin, Ohio.
En 2011, el ganador de esta semana, Patrick Cantlay, como universitario fue galardonado precisamente con el Trofeo Jack Nicklaus, que premia al mejor jugador del año.
Hace exactamente 8 años, todos vislumbrábamos un futuro prometedor para el ese entonces el Amateur #1 del mundo. Sin embargo, una lesión en la espalda oscureció un poco sus tres primeros años de carrera.
Y digo un poco porque en febrero de 2016, mientras cruzaba una calle fue arrollado por un auto junto con su caddie y mejor amigo, Chris Roth. Patrick sobrevivió de milagro, Chris no.
Comenzó entonces su recuperación, operado de la quinta vértebra lumbar que lo jodía al caminar y cargando en la bolsa la muerte de su mejor amigo que imagino, dolía más que caminar.
Un camino largo y tortuoso que vio por fin la luz al ganar en febrero de 2018 el Shriners Hospitals for Children Open y hoy le da nueva vida con su importante triunfo en el Memorial.
Como verán, les estoy hablando de personas, de gente real, de carne y hueso.
El golf va más allá de pegarle a una bola con un palo, pone en jaque tu mentalidad, tu fuerza de voluntad y por supuesto, tus habilidades físicas en este, el deporte más difícil del mundo.
En estas entregas, les iré contando más del golf y sus personalidades, pues mucho hay que decir de aquellos que durante 6 horas caminan un campo, pegándole a la bola en realidad poco más de diez minutos.
Y pasando las otras 5 ó 5 horas y media, conviviendo, discutiendo, platicando, con la persona que más los conoce, que más los reta: Ellos mismos.