Bitácora

Memes de la CDMX: sentido del humor y ofensas en serio

¿Fueron ofensivos los memes de la CDMX? Sí, por supuesto. Y lo celebro.

8 Jun, 2021

¿Vieron los memes de la CDMX? Oh, claro que los vieron. Y unos fueron muy ingeniosos.

Los memes de la CDMX han arrancado tantas risas como provocado ofensas (aparentemente más de lo último), pues la elección de 2021 trajo consigo una nueva configuración política en la capital que ha dado mucho de qué hablar. El poniente para la alianza de PAN, PRI y PRD, el oriente para Morena. Una suerte de mitad y mitad, dando vuelo al sentido del humor, a veces simple, a veces muy mordaz que, en palabras de los agraviados, denota clasismo. Y lo es.

¿Es malo burlarse? Depende del contexto, pero la ironía aguda y malintencionada es parte del sentido del humor, a veces cruel porque ridiculiza, humilla o insulta, aunque se basa en la realidad que nos rodea, en lo que somos, permitiéndonos reflexionar sobre temas complejos a través de la risa.

Ahora bien, los memes de la CDMX despertaron un encono muy especial por el simple hecho de que Morena recibió un golpe electoral severo, perdiendo las alcaldías de Álvaro Obregón, Azcapotzalco, Benito Juárez, Coyoacán, Cuajimalpa, Cuauhtémoc, Magdalena Contreras, Miguel Hidalgo y Tlalpan. Y eso calienta.

Los airados reclamos de clasismo por parte de personas plenamente identificadas con el partido gobernante no se hicieron esperar porque no fueron pocos los memes de la CDMX: fue una oleada de burla constante como consecuencia lógica de un fenómeno social exacerbado por el propio presidente: la división y encono, el nosotros contra ustedes, los buenos contra los malos, el pueblo contra los fifís.

Él puso las reglas del juego, pero a nadie le gusta perder y mucho menos que eso deleite a sus adversarios o contrincantes. Ya conocemos el estilo: si ganan es democracia; si pierden entonces hay fraude. E igual aplica con el sentido del humor: ellos sí se pueden burlar, aunque al revés no aplica. Se llevan, pero no se aguantan. 

Es consecuencia de la visión de la demagogia que explota el lenguaje a conveniencia para crear narrativas en las que ellos son bondad y pureza de sentimientos, luchando estoicamente en contra de los enemigos del pueblo. Y funciona bien la estrategia, más en aquellos cuya necesidad económica los impele a vender su voto a cambio de dinero, despensas, favores o promesas. 

Así como en Tláhuac, donde ganó Morena sin inconvenientes porque, en palabras del propio presidente, «la gente más pobre de Iztapalapa y Tláhuat (sic) entiende que se caiga el metro y mueran 26 personas porque estas cosas desgraciadamente suceden y ahí no impacta política y electoralmente». Al respecto, Alejandro Hope comentó en Twitter: «Esto es discriminación. Los memes estúpidos con mapitas idiotas, ¿qué?». Y lo es.

La historia tiene lo suyo

Uno de los chistes recurrentes de los memes de la CDMX era que se construiría un muro divisorio, lo que desgarró el alma de muchos. Gabriel Guerra tuvo a bien compartir un sesudo análisis, recordándonos que en Berlín hubo un muro como consecuencia de épocas turbias de racismo e ideologías y, ¡ay, no!, era algo muy malo. Gente fea e insensible que hizo chistes con un muro imaginario.

Aunque, ¡oh!, cosa de la vida, hay circunstancias históricas que trazaron límites en ese territorio que de alguna manera se mantienen y, válgame Dios, también se vieron reflejados en los memes de la CDMX. Arno Burkholder, doctor en historia, compartió un hilo interesantísimo al respecto.

«La división territorial entre partidos que vive desde ayer la CDMX en realidad está replicando una separación muy antigua, que viene desde el surgimiento de la capital, luego de la caída de Tenochtitlán, cuando los españoles y sus descendientes se establecieron del lado oeste por la temperatura y el acceso al agua potable. La zona este siempre fue de «malos aires» debido a la paulatina sequía del lago de Texcoco», relata Arno.

«Esa condición se fortaleció durante el siglo XIX y especialmente en el Porfiriato: las grandes colonias (Juárez, Cuauhtémoc, Condesa y Roma) quedaron en el oeste, mientras que los lugares más miserables estaban en el este. En el siglo XX surgieron las Lomas de Chapultepec, Polanco, la urbanización de San Ángel; y del otro lado siguieron las colonias pobres con muchas carencias y donde lo mismo se refugiaron criminales y hasta guerrilleros.»

Y finaliza: «Tan sólo recuerden el caso Tláhuac en el sexenio de Fox con el omnipresente Marcelo Ebrard: No es coincidencia que esa zona fuera sembradío de votos para las organizaciones clientelares que primero fueron priístas, luego perredistas y hoy morenistas. Las elecciones de 2021 no dividieron a CDMX; fortalecieron una división que tiene siglos de existencia.»

La baja autoestima

Así que, en lo general, resulta que en las alcaldías del poniente existió una inclinación marcada hacia la alianza opositora para castigar a Morena. Cosas de la gente que se informa y participa, de los que consultan medios diversos para enterarse, aunado a otros aspectos de decepción y enojo, como el manejo de la pandemia, el incremento en inseguridad y el daño económico. 

Y si los alcaldes electos lo hacen bien, renovarán la fortaleza de esa oposición mezquina y moralmente derrotada, la que estaba ardida y a la que aconsejaban ponerse Vitacilina todos los fieles a la palabra del señor que despacha en un Palacio, pero que cuida su disfraz de descuidado pobretón, con el traje grande, los zapatos sin bolear y su hablar pausado, para que lo oigan bien los de Milpa Alta, Tláhuac, Iztapalapa, Iztacalco, Venustiano Carranza y Gustavo A. Madero, bastiones de sus, como de cariño les dice, solovinos, los que hay que cuidar.

¿Les enojan los memes de la CDMX? Ni hablar, eso es parte del humor en redes sociales, de lo que no esperas, de lo que no gusta y ofende. Así como se burlan de los equipos de futbol, de la afición del América, por 23 años del Cruz Azul y de forma eterna del Atlas

O de Ecatepec o Neza, de los de Nuevo León por elegir a Samuel García o porque «se casan entre primos», de los provincianos, yucatecos, satelucos, los sexos, comunidad LGBT, de la Iglesia Católica, los veganos, runners, millennials, whitexicans, emos contra punks, Peña, Calderón, López, Attolini, gordos, flacos, viejos lesbianos, mancos, gringos, chinos, mexicanos…

En una democracia que se respete, existe el sentido del humor. Pero hasta en las más sólidas existe esa ola de corrección aleccionadora, los wokes, los autodenominados progresistas que, curiosamente, son proclives a la censura y la intolerancia a niveles obsesivos. Ni hablar, son tiempos extraños, pero sin lugar a dudas unos muy interesantes porque, fíjense nada más, todavía podemos decidir de qué nos reímos y de qué no.