Opinión

Contaminación del aire: 9 de cada 10 personas respiran suciedad

26 May, 2021

¿Cómo corregir la contaminación del aire?

En el campo es una cosa, pero en las ciudades la contaminación del aire es lo de todos los días. El 54 % de la población mundial, unas 4,200 millones de personas, habitan en zonas urbanas, y la construcción de megaciudades (urbes con 10 millones o más de habitantes), es una tendencia creciente rumbo al año 2050.

Al abrir un rango de habitantes de 5 a 10 millones por ciudad, podemos observar que pasamos de dos megaurbes en 1950, Nueva York y Tokio, a 32 durante la década pasada.

De acuerdo con la Organización Mundial de la salud (OMS), 56 % de las ciudades a nivel mundial presentan índices de polución 3 1⁄2 veces por encima del rango máximo tolerable, lo que se traduce en que solo 1 de cada 10 personas respira aire seguro: el 96% de la población mundial se encuentra respirando aire altamente contaminado.

7 millones de personas a nivel mundial mueren prematuramente por esta situación. Países de ingreso bajo y medio (como México) cargan con el penoso 87% de estos fallecimientos: un tercio de las muertes por accidentes cardiovasculares, enfermedades respiratorios crónicas, cáncer de pulmón y un cuarto de las muertes por ataque cardíaco, son consecuencia de esta contaminación.

La contaminación del aire en 2 pasos

El clima de un espacio urbano de gran extensión es el resultado de la interacción de los diferentes microclimas que se generan dentro del mismo. Así, quienes habitamos en ciudades suficientemente grandes podemos distinguir las variantes de estos microclimas al movernos de un punto a otro de la ciudad.

El diseño tradicional con que se construyen las ciudades y su densidad poblacional, genera un aumento en la temperatura de 2 a 3 °C por encima de una zona rural.

La ecuación de la contaminación del aire esta integrada por la sustitución de espacios arbolados por grandes extensiones asfaltadas carentes de sombra, el uso de materiales de construcción con capacidades altas de retención y absorción de calor solar.

Al incorporar la densidad de personas moviéndose en una misma zona, la carga vehicular y variables ambientales como poca humedad en el ambiente y falta de viento, da por resultado lo que se llama «isla de calor», fenómeno que puede incrementar la temperatura en un área de la ciudad en 12°C (casos extremos), al compararse con otro espacio de la misma urbe o con una zona rural.

La formación de una isla de calor favorece la aparición de polución atmosférica derivada de la presencia de material particulado en el ambiente en un rango de 2 Km de altura desde el nivel del suelo

¿Y qué con la CDMX?

El Gobierno de la Ciudad de México ha decretado en diferentes ocasiones contingencia ambiental detonada por la presencia de este tipo de partículas; incluso reconoció públicamente no tener los protocolos necesarios para enfrentar esta situación. Digamos que su estrategia es «enciérrese en casa e intente respirar lo menos posible».

Estas particulate matter en inglés, son una mezcla de compuestos como sulfatos, nitratos, plomo, compuestos metálicos, entre otros, presentes en forma de líquidos o sólidos en el aire a causa de una fuente que las emite.

Parte de su nocivo potencial radica en lo ridículo de su diámetro, que puede ser de tan solo 0.1 micrómetros (símbolo μm, un micrómetro es la milésima parte de un milímetro), lo que les permite viajar a través del sistema respiratorio para depositarse en los pulmones e incluso alcanzar el sistema sanguíneo.

¡La combinación isla de calor + polución del aire causa alergias y malestares en 300 millones de personas a nivel mundial!

Una solución compartida

La contaminación del aire por islas de calor y material particulado comparten en la plantación de árboles una misma solución.

Estudios señalan que plantar árboles reduce la temperatura de la ciudad en 1 °C, y en cuanto a las islas de calor, la reducción puede alcanzar los 3 °C durante su pico máximo, impactando con un 5.6% en la reducción de mortalidad por altas temperaturas. Unas 700 personas al año.

Para el material particulado, la reducción alrededor de una zona arbolada se extiende en un perímetro de 300 metros; para las casas y edificios ubicados en esa distancia, representa 50% menos de contaminación por partículas suspendidas, lo que refleja una reducción de 8.7% en la cifras de mortandad. Cerca de 36 mil personas al año.

La plantación de árboles en zonas urbanas representa retos de diseño como la creación de corredores que permitan la circulación de viento, el uso correcto de agua para su riego e, incluso, se requiere de una selección de material vegetativo (no sólo sembrar palmeras en medio de avenida Reforma), pero es la solución de menor costo y que presenta los mejores resultados, incluso para temas de inundaciones y captación de agua de lluvia.

No abordemos la contaminación ambiental y la plantación de árboles en zonas urbanas con la negatividad de una mente pequeña. Como dijo Albert Einstein: «Es en la crisis donde nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias».